sábado, 28 de junio de 2014

COMENTARIOS SOBRE EL ARTICULO APUNTES PARA UN ESTADO PLURINACIONAL DE XIMENA SORUCO

UNIVERSIDAD MILITAR “MCAL. BERNARDINO BILBAO RIOJA”
        E.A.E.N. “CNL. EDUARDO AVAROA HIDALGO”
                                      BOLIVIA


COMENTARIOS SOBRE EL ARTICULO APUNTES PARA UN ESTADO PLURINACIONAL DE XIMENA SORUCO


Después de 185 años de ser un Estado Republicano, Bolivia pasó a ser un Estado Plurinacional con cambios profundos no sólo en el concepto de la economía sino también en la religión, idioma y otros aspectos.
En el modelo de Estado se determina que la nueva nación boliviana está conformada por la totalidad de bolivianos y bolivianas, las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen el pueblo boliviano.
Desde la crisis política del 2000, pero sobre todo desde la victoria electoral de Evo Morales el 2005, la oposición política empezó a señalar que había dos Bolivias, una indígena, arcaica, subdesarrollada y pobre asentada en el occidente y otra moderna, con un mestizaje regional, exportador y próspero, en el oriente.
Estamos viviendo un momento, un tiempo, una oportunidad indudablemente histórica –lo que Zavaleta denominaría “un momento constitutivo de la historia de Bolivia”–. Lo señalo de esta manera porque habría en los debates un cierto tono en la caracterización del momento y de la historia como de dificultad y embrollo, pero sobre todo quisiera incidir en los modos de enunciar este acontecimiento desde la división entre pensamiento y acción. Entre el acto de pensar y el acto de hacer, producir y realizar. Viejo tema de la filosofía y exquisitez de la academia moderna, no pretendo reiniciarlo ni mucho menos activarlo en este debate: idea y materia, mente y cuerpo, teoría y práctica, trabajo intelectual y manual, producción abstracta y real[1]
Entonces volvamos para aprender de las lecciones de los movimientos sociales e indígenas del proceso boliviano, que es ante todo el regreso de la Bolivia plebeya, o como diría René Zavaleta, los únicos que han persistido, ambicionado y soñado con la nación han sido los que no participaban ni contaban en el Estado, estas luchas de liberación que denominaba lo “nacional-popular” han sido y son las luchas de los que no son parte ni cuentan para el Estado existente (Zavaleta, 2009). De esta manera, el tema de las perspectivas acerca del Estado no sólo afecta en la percepción y en el sentido de lo que puede ser estatal, sino que es, sobre todo, otra experiencia y consistencia de lo material estatal. Es decir, con la misma palabra “Estado” se habla de distintas cosas y se entiende distintas cosas; son, por lo tanto, categorías diferentes y de órdenes de saber y conocimiento distintos.
El argumento que aquí se desarrolla es que la dirigencia, de vertiente criolla, que desde la independencia de 1825 pretendió representar a la nación, es decir, se asumió como sujeto nacional, hoy ha dejado de serlo. Esta incapacidad de encarnar un proyecto nacional, aunque se torna visible recién en este nuevo siglo, se inicia con el Estado de 1952 que pretendió construir una burguesía nacional y un discurso de mestizaje que unificara estas “dos Bolivias” en una nación homogénea.
Este enfoque territorial, regional, departamental, aplicado al análisis de los datos es útil para identificar los factores y abordar el grado de consistencia fáctica que tendría la “media luna” en Bolivia, entre su dimensión económica y sociopolítica. En una anterior investigación se concluyó que ella es una “metáfora territorial que expresa la idea de la existencia de dos Bolivias, y sintetiza el proyecto territorial expansivo de las élites regionales, mediante la estrategia de preeminencia de la escala meso con modalidad de gobierno autocentrado y la correspondiente reducción de la dependencia y el control central estatal” [2]
Dicho en otros términos es más proyecto político que realidad económica, sociocultural o política; sin embargo, es conveniente extender el análisis estadístico, hacia una serie temporal adecuada, para comparar la relevancia regional que tienen distintas variables sociopolíticas e indagar a partir de cuáles de ellas se pretendería construir un proyecto semejante. El tratamiento dinámico de la información es también adecuado porque coincide con la etapa de transición en la vida política e institucional de Bolivia, desde los gobiernos transitorios que siguieron al segundo de Sánchez de Lozada, el triunfo electoral contundente de Evo Morales y su primer periodo de gobierno.

El Estado Plurinacional es la transición a una posible nueva modalidad de estatalidad para recorrer una construcción alternativa de proyecto civilizatorio, siempre y cuando tenga la capacidad bifronte de tratar lo interno y externo en relación a la emergencia geopolítica sudamericana, y así hacer posible su incidencia y concurrencia en los procesos globales y de turbulencia sistémica. Es una transición de la que apenas esbozamos el umbral, porque estamos en el tránsito de la crisis de Estado –que se inició a fines de la década de los setenta, se pretendió remontar a través del neoliberalismo y, finalmente, demostró la profundidad y severidad de sus contradicciones y grietas el año 2000– a la construcción del Estado Plurinacional como refundación del país y de la sociedad plural.





[1]Vega Camacho Oscar, Estado Plurinacinal 2008: Pagina  12
[2]Vargas Villazon Gonzalo, Dos Bolivias 2009: Pagina  91

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